jueves, 9 de enero de 2014

El efecto placebo del "público amor"

Tienes 500 amigos en Facebook,  eres "el alcalde" de algún lugar de moda según Foursquare,  en Twitter 1000 personas dicen seguirte.  En la sociedad actual, miles de anuncios parecen gritar, a través de las redes sociales, la misma cosa: "tu éxito y felicidad se mide por lo feliz o exitoso que otros creen que eres". De ser así, realmente sería muy fácil ser feliz... felicidad al alcance de un click. Todo dependería de la cantidad de gente a la que puedas convencer.

Y pudiera escribir acerca de la felicidad en otros aspectos de la vida,  pero desde hace 8 días, es el "público amor" lo que inunda mi muro de noticias en Facebook, Twitter e Instagram. Tal parece que algunos comenzaron el año expresando auténtico amor (lo cual me encanta) y otros... otros iniciaron este 2014 aparentando mucho mejor su "público amor".

Me resulta emocionante y me llena de alegría ver anuncios de bodas, fotos de nacimientos, vacaciones en pareja o familia, incluso esas declaraciones de amor que reflejan lo que veo en los rostros de quienes la publican. Compartir esa felicidad (como lo he hecho yo misma muchas veces) me parece lo mejor de vivir en esta era en la que, para contarle a tus amigos lo que pasa en tu vida o lo que piensas del mundo, solo necesitas un click. Lo que me cuesta entender es por qué para algunos, la nota ya no parece ser compartir, sino demostrar. Demostrar que son felices, demostrar que todo está bien, demostrar, aparentar y demostrar. 

Me confunde ver que cuando las cosas evidentemente no van bien en su relación, algunas personas hoy día "lo resuelven" diciendo un muy público "Te amo" en alguna red social, se juntan en una foto de perfil, actualizan su estado sentimental en Facebook o anuncian una boda. Como si eso pusiera una capa de protección a su relación, eliminara los problemas de inseguridad (propios o de la pareja), les hiciera más felices, les permitiera hacer menos todas esas cosas por las que a diario se preguntan "¿realmente tengo aquí lo que quiero?" y hasta les hicieran olvidar que son o han sido infieles (al otro o a si mismos).  
¿Dónde quedó el hablar (en pareja) de lo que se quiere, el poner en una balanza los pro y contras de la relación decidiendo por aquello que nos haga más feliz , el admitir cuando las cosas pueden rescatarse o cuando, por el bien de ambos, lo mejor es dejarlo hasta aquí?

Y al escribir esto, no pretendo juzgar a nadie, solo quiero expresar mi confusión, porque yo no creo en el amor de apariencia. Y admito que tal vez soy yo quien está "fuera de onda", es posible que sea yo la que está equivocada, quizás las reglas del amor cambiaron en este último año en el que he estado sin pareja, y ahora las grandes carencias de una relación se resuelvan así: en red y con una dosis de "público amor". 

¿Acaso hay un mágico efecto placebo en hacer público nuestro platónico bienestar sentimental?. ¿Si publicamos un aparente amor, quizás pudiéramos llegar a sentirlo y recibirlo como esperamos?.

¿Hasta cuándo algunas personas seguirán comiéndose un Tic Tac, esperando que tenga en sus vidas el efecto de un Tafil?.

Monik

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