"Me siento conforme
con lo que hago".... "Uno debe conformarse con lo que tiene"....
"Ya que no tengo X... me conformo con Y".... "Cuando estás
conforme en tu relación, ¿sales a buscar algo más?". Estas fueron solo
algunas de las expresiones que escuché ayer de quienes me rodearon durante el
día. Tal parece que este fue un martes cuya palabra clave fue:
"Conformarse".
Para algunos esta palabra
tiene un significado positivo,
relacionado tal vez a la capacidad de ver el "vaso medio
lleno", a aceptar que "hasta allí nos llegó la cobija" o como
decía (afortunadamente de manera muy irónica) mi mamá en algunas ocasiones, a
que estamos felizmente "jodidos, pero en Caracas". Y estas personas
compran tal vez, la idea de apostarle a alcanzar una vida que cumpla con su
objetivo: conformarlos.
Existe otro grupo de
personas (seguramente tildadas de inconformes por aquellos otros, los
conformes), para los que esta palabra es sinónimo de resignación, de
"hasta aquí logré, aquí me
quedo" e incluso una creencia algo mediocre: “me quedo con esto, porque es
lo que puedo tener”. Para estos individuos conformarse no es suficiente y
dependiendo de lo que hablemos, puede convertirse en una alerta, de estar
viviendo una vida por inercia, la inercia que da el sentirse, solo conformes.
Definitivamente me ubico
más en el segundo grupo, el de los "disconformes". Yo creo que vivir
es más que solo existir conforme a lo esperado... creo en apostarle a una vida
que nos haga sentir satisfechos y plenos. Aunque confieso que me he sorprendido
a mí misma, en más de una ocasión, conformándome en algunos aspectos de la vida
y actuando en base a mantener vivo eso que me tiene conforme; generalmente,
cuando me doy cuenta que estoy solo conforme, es cuando comienzo a sentirme
incómoda. Por ejemplo: sentirse conforme en una relación de cualquier tipo
(laboral, amorosa, amistad, incluso conmigo misma) es sinónimo de “no está
bien… pero pudiera ser peor, así que me resigno y me quedaré aquí. En algún
momento esto... se convertirá en eso que quiero o simplemente yo dejaré de
querer”.
Y así, viendo conformes e
inconformes... sintiéndome conforme y disconforme a ratos, transcurrió el
martes. Mi día, que había comenzado temprano con una conversación con una gran
amiga, sobre los peligroso que puede ser para el autoestima eso de “conformarse”
con menos de lo que realmente se quiere y peor aún, ver “ese poco” como algo
especial y darle el poder de ocupar mi mente, mi tiempo y hasta cederle parte
de mi energía con mucha frecuencia… sin obtener lo que realmente se quiere.
Terminó lleno de preguntas y reflexiones que seguramente me acompañarán por
varios días:
Es cierto que uno solo se
puede arropar hasta donde le llega la cobija… pero aunque la cobija no se
extienda, es posible conseguir un sweater, unas medias o en el mejor escenario,
si así lo queremos, una cobija nueva. ¿Cómo sería el mundo si todos intentáramos
siempre ir por más...trabajáramos y viviéramos por hacer cosas que nos hicieran
sentir realmente satisfechos y no simplemente conformes?, ¿Realmente podemos
encontrar, si existe, un punto intermedio entre ser un conformista o ser un
inconforme? o quizás, solo basta con tener claro que hay una gran diferencia
entre conformarse y ser feliz.
"La resignación es un suicidio cotidiano." - Honoré de Balzac
Monik
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Algo que quieras comentar sobre esta entrada?. Sería genial para mí saber la opinión de quien se tomó minutos para leerla.