miércoles, 31 de diciembre de 2014

Bienvenido el 2015: Año de alcanzar todo aquello que se desea con el corazón...!!!

Navidad y Año nuevo son para mí, fechas cargadas de buenos deseos, de sonrisas, de familia y amigos. Para otros tal vez; estas fechas sean el detonante de la melancolía por los que no están o por las metas no alcanzadas. Lo cierto es, que cada diciembre, llega acompañado de una energía de amor (amor alegre o melancólico) que parece flotar por el aire.

Hoy solo puedo agradecer, porque 2014 fue un año de abundantes oportunidades: de aprender, de conocer lugares y prácticas maravillosas. Un año en el que a pesar de no lograr el 100% de lo que me propuse (porque no en todo puse el corazón), logré avanzar un montón. Doce meses de encontrarme y reencontrarme con personas que hasta en los últimos días del año, se cruzaron en mi camino para darme algunas lecciones, para alegrarme los días, para hacerme más fuerte, para mostrarme otras caras de mí, para ayudarme a superar mis miedos e incluso para cerrar ciclos en común, a todos ustedes (los que siguen y los que ya no están).... GRACIAS!!!

El regalo más valioso que me dejó este año fue entender el amor como un acto de Fe, en el que puedo o no creer. Fe, en que al abrir el espacio necesario en mi corazón... ocurre la magia: esa energía que me permite avanzar por la vida de manera más sana y alegre. Una energía que hoy sé, no tengo que buscar en otros y no llega a mí cambio algo y mucho menos en migajas... porque es abundante, gratis y viene de mí. Una energía que se multiplica cuando entra en contacto con familia, pareja, mascotas, amigos... cuya presencia se refleja en mi rostro y en todo lo que hago. Este año, me llevo la satisfacción de haber abierto mi corazón: al amor propio del que me había olvidado y no quería admitirlo... al amor por lo que hago, al amor hacia una nueva mascota. Haber abierto el espacio para sentir amor de hermana, de amiga y de hija, para perdonar y perdonarme, para escuchar las razones de otros aunque no siempre las entienda. Abrir espacio, para conocer nuevas personas, para detenerme a definir lo que quiero y lo que no quiero atraer a mi vida; espacio para ponerle un alto definitivo a mi vieja adicción de "pretender amar lo que me lastima" y evitar que eso siguiera robándome alegría. Aún me queda muchísimo que trabajar sobre este tema (lo cual me resulta interesante y hasta divertido), pero tengo la certeza de que voy por buen camino.
 
El año cierra con la alegría de estar en compañía de mi hermano; cuya visita ha estado llena de recuerdos, risas y algunos consejos que me hacían falta. Cierro este 2014 con alegría, Fe y con varios planes en mente para este nuevo año que promete muchas nuevas experiencias positivas.

Deseo para todos, que esta noche con el viejo año quede atrás todo el equipaje que les haga pesado el camino hacia sus metas (miedos, frustraciones, rencores, complejos, Ego, envidias, etc.) y que se abra un espacio para recibir las miles de bendiciones que para todos trae el año que comienza. Les deseo salud para disfrutarlas y buena compañía con quien compartirlas; más espacio en el alma para bonitos sentimientos, disciplina y motivación para alcanzar lo que desean.

Bienvenido el 2015: Año de alcanzar todo aquello que se desea con el corazón...!!!

Monik


domingo, 12 de octubre de 2014

Una casa, fuera de casa....

"Uno es de donde le va bien...", era una frase que solía escuchar cuando era niña. Siendo hija de inmigrantes, desear salir de mi país natal y vivir fuera de él, al menos por un tiempo... no era descabellado. Pero, la circunstancias de mi Venezuela, las cuales no pienso resumir en estas líneas, entre otras cosas, por miedo a leerlas en unos años y darme cuenta que siguen vigentes... me llevaron a acelerar el proceso y a cambiar un "me gustaría vivir un tiempo fuera" a un .."me quiero ir de aquí".

Pues bien.... resulta que los sueños se hacen realidad y un día, con parte de mi vida en 3 maletas viajé a cumplir mi sueño, vivir fuera de Venezuela. Panamá.... en ese momento no sabía nada del país al que me mudaba, solo que:  existía el Canal de Panamá, que Ruben Blades había nacido aquí, que se hablaba español, que hacía calor y llovía 9 meses al año... y lo más importante para mí: sabía que pagaban en dólares, que la economía estaba en buen momento y que era allí, donde me estaban ofreciendo un empleo en una empresa grande. Al llegar, no podía creerlo... "lo hice...realmente me fui" recuerdo que fue lo primero que pensé cuando me bajé del avión. 

Afortunadamente, con cada experiencia negativa, cosas buenas quedan... y yo, desde lo 20 (que mi mamá se fue) aprendí a administrar un hogar, con lo cual eso de ser independiente económicamente, cocinar, comprar, atender la casa, etc...no representaba un reto. Lo que nunca había hecho era, vivir sola... sola, separada de mi hermano y Spike (con quienes había vivido hasta ese entonces), de mis amigos, de mis paisajes, de la comida que conocía. Sola, sin conocer a nadie en la ciudad, ni las calles, siendo "la nueva" no solo en el trabajo, sino luego de las 5:00 cuando salía de la oficina, siendo solo un número de pasaporte... número que por cierto también tuve que aprenderme. Fue así como comenzó lo que llamo mi tercera etapa: Mi vida fuera de Venezuela.

Hoy se cumplen 2 años desde que llegué a este maravilloso país... Panamá!. Han sido 730 días emocionantes y muy calurosos... la mayoría de ellos felices y otros realmente duros. Y es que esta experiencia, trajo consigo la obligatoria oportunidad de conocerme profundamente, de un modo, que no solo maravilla, también asusta y desconcierta, porque descubrí reacciones que no sabía podía tener ante situaciones hasta entonces cotidianas. En este tiempo me he dado cuenta que me importaban cosas que ni siquiera había tomado en cuenta en mis 29 años anteriores. He descubierto que ya no tengo respuestas de una palabra a preguntas de formulario como "¿Religión?" y que mi respuesta a la típica pregunta ¿Alguna vez te has enamorado? ya no es la misma. Han sido 2 años de conocer gente muy interesante y también gente bastante aburrida, gente que me llena de energía... y gente que parece pasar por mis días poniéndome a prueba. Gente que son ejemplo de lo que quiero aprender y gente que son perfecto ejemplo de lo que NO quiero para mí. Dos años, descubriendo nuevas pasiones como el Yoga que no había hecho antes y hoy mi cuerpo y mi mente, prácticamente lo necesitan. Dos años de reencontrarme con mi amor por la pintura y mi necesidad de expresarme con la escritura. Un tiempo en el que he aprendido a alimentarme de otras formas, a sentir compasión por otros,  a explorar nuevas formas de comunicación, para mantener mi relación con mi hermano, familia y amigos que no están aquí. Un tiempo en el que he aprendido a extrañar a mis afectos y a mi país, desde la nostalgia... ya sin tristeza. Dos años, que más que tiempo han sido distancia...quizás la distancia que necesitaba para comenzar a sanar desde mi corazón... la relación con mi papá.  Dos años.... mis primeros dos años en Panamá!!

No tengo idea de cuánto tiempo estaré aquí... o si la vida me llevará a otros lugares, pero luego de 24 meses, cuando recuerdo la frase de mi mamá "Uno es de donde le va bien"  solo pienso...que ya aquí me siento como en casa. Hoy, solo quiero decir GRACIAS...  a este país que me abrió las puertas, donde aún hay tanto que hacer... y que me ha dado la posibilidad de hacer nuevos amigos, de conocer a mi Mathias hermoso (ese perrito que ahora me acompaña). GRACIAS a la vida por haberme traído aquí, permitiéndome soñar con algunas cosas que había dejado de lado y reencontrarme con la Fe de que los sueños pueden hacerse realidad. Gracias, por toda esa gente linda que he conocido y todo lo que de cada uno he aprendido: Panameños, Colombianos, Mexicanos, Ticos, Argentinos y por supuesto.. muchos hermanos venezolanos... Gente como yo, que ha logrado encontrar una casa, fuera de casa. 


Monik

martes, 30 de septiembre de 2014

Tipos de Padres... Tipos de Hijos!!

"Mamá gallina y sus pollitos", supongo que así te veían muchos. Abnegada, amorosa, noble, dura a veces y siempre muy justa, haciéndolo todo para que tuviéramos una vida "mejor que la tuya" (citando tus palabras); siempre repitiéndonos que la educación era la única herencia que nos dejarías. Nos criaste haciéndonos sentir profundamente amados y al mismo tiempo lo suficientemente independientes para entender que: debíamos ayudar en casa, que las cosas se ganaban, que si queríamos algo debíamos ir por ello, que el amor se demostraba con hechos más que palabras y que éramos responsables de nuestras decisiones, buenas o no. Más que madre e hijos, siempre sentí que éramos un Dream Team, con roles bien definidos.

A diario escucho hablar sobre los diferentes estilos de padres: los sobreprotectores: esos que asfixian con su presencia; y los que en su afán por "darles todo" solo lanzan al mundo parásitos "muy queridos". Padres despistados, ausentes, abnegados, responsables e irresponsables, admirables, divertidos, estrictos y blandengues, justos e injustos. Los que "dejan ser" y los que pretenden que sus hijos sean "a su imagen y semejanza", los que entienden que los hijos son libres y los que juran que son objetos que les pertenecen. Padres que, a pesar de no tener un manual, asumen su rol a través del ensayo y error; y aquellos que esperan que los hijos les enseñen a ser padres.Y seguramente hay muchos estilos más. Poco escucho sobre los tipos de hijos, y hoy viendo a mi alrededor, sentí la necesidad de reflexionar sobre eso.


Pienso que existen varios tipos de hijos; y poco tiene que ver con ser "buenos" o "malos". Existen los hijos sumisos que, a cualquier edad, hacen siempre lo que mami-papi dicen; y existen los rebeldes sin causa. Hijos groseros y otros que con respeto, defienden su punto de vista y dicen las verdades más duras. Hijos que viven debajo de la falda de mami y son incapaces de hacerse cargo de sus vidas (ni de niños, ni cuando crecen). También están los hijos que dan todo por sus padres. Hijos nobles e hijos egoístas. Hijos agradecidos y malagradecidos. Hijos bondadosos e hijos que practican eso de "vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos". Y pare de contar.


Recuerdo que de niño, Luis quería ser Ingeniero Automotriz, para crear una hermosa camioneta con tu nombre para que la manejaras. Yo de niña no tenía aspiraciones tan claras, pero siempre soñé con trabajar para que tú no tuvieras que hacerlo más (al menos no para mantenernos).  Hoy recordé que con mi primer dinero ahorrado (a los 10 años) corrí a comprarte un rubor y un globo... ¡me sentí tan feliz!. También recordé tu emoción al contarme que Luis con su primer sueldo (y vaya que Bui comenzó a trabajar temprano), compró una pizza cuadrada y enorme para ti. Y aunque la vida no nos permitió cumplir algunos de esos sueños, si nos dio la oportunidad de demostrarte en vida amor, respeto, admiración y agradecimiento.


Sé qué tipo de hija fui y soy, y el tipo de padres que tuve; pero no tengo ni idea qué tipo de madre seré. Y, aunque sé que los hijos no venimos con manual, solo espero parecerme al menos un poco a ti. Gracias por la forma en la que nos formaste, por hacernos independientes y fuertes, por enseñarnos que como hermanitos teníamos que cuidar uno del otro. Por ser tan estricta y tan amorosa al mismo tiempo. Definitivamente tú, cumpliste tu palabra: la educación fue la gran herencia que nos dejaste. Y me siento feliz por ello. Y si existen otras vidas, ojalá podamos vernos de nuevo... logremos crear la camioneta con tu nombre, comernos otra pizza cuadrada y podamos atenderte para que no tengas que trabajar más.





Dedicado los padres y a los hijos que venimos al mundo sin manual...!!!

Monik






miércoles, 6 de agosto de 2014

¿El tiempo en nuestras manos o nosotros en las manos del tiempo?


"Dejemos eso al tiempo", "Veremos qué pasa con el tiempo", "El tiempo es sabio"... Son algunas de esas frases asociadas a eso en lo que nos hemos vuelto expertos: lavarnos las manos y dejarle a otro que resuelva lo que nosotros no pudimos. En este caso, al tiempo. El tiempo cuya única función (por sí solo) es pasar, pasar de largo y sin mirar atrás. Envejecemos, algunos crecen y hasta maduran con el paso del tiempo. Pero la realidad, es que el tiempo por si solo, nada distinto puede hacer.

Como dice una canción que me encanta del grupo Flans (si... soy de los 80's y no quiero negarlo)... "el tiempo no es un buen guardián" . Desde mi punto de vista, para algunas situaciones, personas, relaciones y cosas... el tiempo no es un buen guardián; por ejemplo:

- Estamos en una relación, empleo o país... que no nos hace sentir realizados, cómodos, felices y plenos....y simplemente decimos "ahh con el tiempo todo cambiará".  Y si... usualmente cambian las cosas: nos volvemos menos tolerantes y más infelices. Incluso a veces, si tenemos suerte, logramos acostumbrarnos a esa infelicidad.
- Hacemos daño y/o nos sentimos dañados por otros y le dejamos las disculpas o el enfrentar la situación al tiempo.. ¿resultado? la herida se pudre y con suerte hace una costra que nos va cerrando de a poco el corazón y las posibilidades de aprender de la situación.
- Soñamos... y le dejamos al tiempo la tarea de volver esos sueños realidad... Si no hacemos nada, el que se den las cosas, tendrá que ver más con el azar que con ese tiempo al que le pedimos "el favor" de actuar para nosotros.
- Queremos a alguien pero no hablamos claro, creemos que con miradas y sonrisitas ocasionales, esa persona entenderá lo que sentimos...y decimos "tiempo al tiempo"... y resulta que cuando al tiempo le damos tiempo... alguien más lo aprovecha por nosotros.

Usualmente le dejamos al tiempo todo el peso de nuestras decisiones (de hacer o no hacer nada), la responsabilidad de nuestra dejadez (hacia nuestra salud física, mental y espiritual, nuestra profesión y/o vocación, nuestra familia, amigos, pareja... y lo peor, hacia nosotros mismos). Usamos al tiempo o a la falta de éste, para excusarnos tontamente ante el espejo por no alimentarnos bien o no ejercitarnos, ante los amigos/familia por no compartir con ellos, ante nosotros mismos... cuando a cierta edad vemos que no hemos alcanzado mucho de lo que soñamos alguna vez.


Es cierto que el paso del tiempo es algo que no podemos controlar... pero ¿Y si realmente el tiempo y sus efectos están en nuestras manos? Creo en el tiempo y en su paso, que acompañados de acción nos permite llegar tan lejos como nos esforcemos... Tiempo y acción, ese sí es un dúo poderoso!!!  Que este día sirva a todos para emprender acciones concretas hacia lo que sueñan y hoy ven muy lejos de alcanzar.. y que ese accionar nos permita tomar en nuestras manos los efectos del tiempo, haciéndonos responsables de lo que logra en nuestras vidas. Entendiendo como responsable eso de "yo respondo por...". Y si decidimos no actuar hoy, es válido también... solo recordemos que el tiempo sigue pasando... hagamos algo o no.



"El tiempo no es un buen guardián
y la distancia no ayudó

alguien cambió, alguien llegó,
y no tiene remedio."
Ay Amor - Flans








miércoles, 29 de enero de 2014

¿Conformistas o Inconformes?

"Me siento conforme con lo que hago".... "Uno debe conformarse con lo que tiene".... "Ya que no tengo X... me conformo con Y".... "Cuando estás conforme en tu relación, ¿sales a buscar algo más?". Estas fueron solo algunas de las expresiones que escuché ayer de quienes me rodearon durante el día. Tal parece que este fue un martes cuya palabra clave fue: "Conformarse".

Para algunos esta palabra tiene un significado positivo,  relacionado tal vez a la capacidad de ver el "vaso medio lleno", a aceptar que "hasta allí nos llegó la cobija" o como decía (afortunadamente de manera muy irónica) mi mamá en algunas ocasiones, a que estamos felizmente "jodidos, pero en Caracas". Y estas personas compran tal vez, la idea de apostarle a alcanzar una vida que cumpla con su objetivo: conformarlos.
Existe otro grupo de personas (seguramente tildadas de inconformes por aquellos otros, los conformes), para los que esta palabra es sinónimo de resignación, de "hasta aquí logré,  aquí me quedo" e incluso una creencia algo mediocre: “me quedo con esto, porque es lo que puedo tener”. Para estos individuos conformarse no es suficiente y dependiendo de lo que hablemos, puede convertirse en una alerta, de estar viviendo una vida por inercia, la inercia que da el sentirse, solo conformes.

Definitivamente me ubico más en el segundo grupo, el de los "disconformes". Yo creo que vivir es más que solo existir conforme a lo esperado... creo en apostarle a una vida que nos haga sentir satisfechos y plenos. Aunque confieso que me he sorprendido a mí misma, en más de una ocasión, conformándome en algunos aspectos de la vida y actuando en base a mantener vivo eso que me tiene conforme; generalmente, cuando me doy cuenta que estoy solo conforme, es cuando comienzo a sentirme incómoda. Por ejemplo: sentirse conforme en una relación de cualquier tipo (laboral, amorosa, amistad, incluso conmigo misma) es sinónimo de “no está bien… pero pudiera ser peor, así que me resigno y me quedaré aquí. En algún momento esto... se convertirá en eso que quiero o simplemente yo dejaré de querer”.

Y así, viendo conformes e inconformes... sintiéndome conforme y disconforme a ratos, transcurrió el martes. Mi día, que había comenzado temprano con una conversación con una gran amiga, sobre los peligroso que puede ser para el autoestima eso de “conformarse” con menos de lo que realmente se quiere y peor aún, ver “ese poco” como algo especial y darle el poder de ocupar mi mente, mi tiempo y hasta cederle parte de mi energía con mucha frecuencia… sin obtener lo que realmente se quiere. Terminó lleno de preguntas y reflexiones que seguramente me acompañarán por varios días: 

Es cierto que uno solo se puede arropar hasta donde le llega la cobija… pero aunque la cobija no se extienda, es posible conseguir un sweater, unas medias o en el mejor escenario, si así lo queremos, una cobija nueva. ¿Cómo sería el mundo si todos intentáramos siempre ir por más...trabajáramos y viviéramos por hacer cosas que nos hicieran sentir realmente satisfechos y no simplemente conformes?, ¿Realmente podemos encontrar, si existe, un punto intermedio entre ser un conformista o ser un inconforme? o quizás, solo basta con tener claro que hay una gran diferencia entre conformarse y ser feliz.




"La resignación es un suicidio cotidiano." - Honoré de Balzac

Monik






miércoles, 22 de enero de 2014

Sobre eso que llamamos Fe

FE, dos letras que guardan un gran significado y están envueltas en muchos conceptos: actos de Fe, cosa de Fe, la Fe que mueve montañas, hombres de buena Fe. 

De niña, debía asistir a dos horas semanales de una materia llamada "Educación para la Fe". Y debo decir, que a pesar de cobrar una matrícula bastante elevada... de Fe me enseñaron muy poco en ese lugar. Pasaban la lista cada lunes y generalmente mi respuesta era "No Sor X" a la incómoda pregunta "¿Cantillo, fuiste a misa el domingo?". La cara de "Sor X" era de tal desagrado, que muchas veces logró hacerme sentir como un "bicho raro", indigno de estar en tan solemne clase. Sin embargo, es de ese momento que puedo recordar uno de mis primeros "actos de Fe": Tenía la certeza (y era meramente basada en la Fe) de que llegaría el día,  en el que no tendría que escuchar nunca más esa pregunta y que si me tropezaba con ella, la respuesta poco importaría. Con los años me di cuenta que esa asignatura no era más que un relleno en el plan de estudios de mi colegio católico (al que amo por todo lo que allí pude vivir y por permitirme conocer a mis 6 hermanas del alma). Una materia que hacía la diferencia entre las niñas "bien" del colegio de monjas y el resto del mundo. Pero eso nada tenía que ver con la Fe, era solo religión. 

Sobre Fe, al igual que sobre muchas otras cosas que me definen como persona, tuve la bendición de aprender sin pagar matrícula.... en casa. Y es que mi niñez estuvo llena de actos de Fe: Fe en el ángel de la guarda, al que le rezaba cada noche agradeciendo el día y pidiendo, con Fe, que mis padres siempre estuvieran conmigo. Fe en el Niño Jesús que traería regalos si me portaba bien... la Fe de que algún día no tendría que escuchar a mis padres discutir... pedir con Fe un hermanito que me acompañara a jugar, Fe en que alguna vez tendría un perro... creer con Fe, que si estudiaba iría a una buena universidad, pedir con Fe que mi papá dejara de ser alcohólico y que mi mamá fuera inmortal. Fe... Fe ciega y a veces ilusa...supongo que así es siempre la Fe.

Fe católica, Fe budista, Fe cristiana, Fe musulmana....finalmente Fe. Esa necesidad del ser humano, venga de donde venga... de creer sin dudar, en aquello que se espera suceda, a pesar de no tener otra garantía que la Fe en sí misma. Me sigue impresionando que aunque el mundo ha evolucionado en tantas áreas... aún existan personas pasándola mal, por un limitado concepto de Fe asociado a la Religión. Personas que juzgan y se escandalizan porque alguien no va a misa, porque los gays puedan adoptar o casarse, porque exista la pena de muerte, porque la vecina tuvo un hijo sin estar casada, porque un judío pueda enamorarse de alguien que no lo es.... porque existan quienes solo quieren vivir juntos "sin la bendición de Dios" (como si los pastores hoy día realmente representaran a Dios en la tierra). En fin... se escandalizan por la forma  en que otros viven su Fe. Y juzgan, mirando con la misma cara de desagrado que "Sor X" ponía cada lunes. Afortunadamente, hoy ya no me siento un "bicho raro" por este tema... y confieso que sigo sin ir a misa los domingos.

Fe, una fuerza que me da seguridad, y que está inevitablemente envuelta en cualquier cosa que hago: Fe en el esfuerzo recompensado, Fe "en la buena Fe" de quienes me rodean, Fe en el amor, Fe en que las cosas pueden salir como espero, Fe en que, a pesar de no ser inmortales... los que se fueron de este mundo, siguen a mi lado. Y a pesar de tener hoy en día un entendimiento de esas dos letras, distinto del que me enseñaron en mi clase de "Educación para la Fe"; sigo creyendo en Dios, un Dios todopoderoso, omnipresente, noble y justo; que siendo objeto de mi Fe, sigue estando muy lejos de eso que llaman religión

Y creo que tal vez en esta vida muchas de las cosas que parecen ser producto de la suerte, del destino e incluso de nuestro esfuerzo; terminan siendo simplemente el más hermoso y paciente acto de Fe: Jugar y ganar, pedir y obtener, luchar y lograr, amar y ser amado, conceder y pedir perdón, escribir y ser leído....


Monik


"La Fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve" (Heb 11:1).






jueves, 9 de enero de 2014

El efecto placebo del "público amor"

Tienes 500 amigos en Facebook,  eres "el alcalde" de algún lugar de moda según Foursquare,  en Twitter 1000 personas dicen seguirte.  En la sociedad actual, miles de anuncios parecen gritar, a través de las redes sociales, la misma cosa: "tu éxito y felicidad se mide por lo feliz o exitoso que otros creen que eres". De ser así, realmente sería muy fácil ser feliz... felicidad al alcance de un click. Todo dependería de la cantidad de gente a la que puedas convencer.

Y pudiera escribir acerca de la felicidad en otros aspectos de la vida,  pero desde hace 8 días, es el "público amor" lo que inunda mi muro de noticias en Facebook, Twitter e Instagram. Tal parece que algunos comenzaron el año expresando auténtico amor (lo cual me encanta) y otros... otros iniciaron este 2014 aparentando mucho mejor su "público amor".

Me resulta emocionante y me llena de alegría ver anuncios de bodas, fotos de nacimientos, vacaciones en pareja o familia, incluso esas declaraciones de amor que reflejan lo que veo en los rostros de quienes la publican. Compartir esa felicidad (como lo he hecho yo misma muchas veces) me parece lo mejor de vivir en esta era en la que, para contarle a tus amigos lo que pasa en tu vida o lo que piensas del mundo, solo necesitas un click. Lo que me cuesta entender es por qué para algunos, la nota ya no parece ser compartir, sino demostrar. Demostrar que son felices, demostrar que todo está bien, demostrar, aparentar y demostrar. 

Me confunde ver que cuando las cosas evidentemente no van bien en su relación, algunas personas hoy día "lo resuelven" diciendo un muy público "Te amo" en alguna red social, se juntan en una foto de perfil, actualizan su estado sentimental en Facebook o anuncian una boda. Como si eso pusiera una capa de protección a su relación, eliminara los problemas de inseguridad (propios o de la pareja), les hiciera más felices, les permitiera hacer menos todas esas cosas por las que a diario se preguntan "¿realmente tengo aquí lo que quiero?" y hasta les hicieran olvidar que son o han sido infieles (al otro o a si mismos).  
¿Dónde quedó el hablar (en pareja) de lo que se quiere, el poner en una balanza los pro y contras de la relación decidiendo por aquello que nos haga más feliz , el admitir cuando las cosas pueden rescatarse o cuando, por el bien de ambos, lo mejor es dejarlo hasta aquí?

Y al escribir esto, no pretendo juzgar a nadie, solo quiero expresar mi confusión, porque yo no creo en el amor de apariencia. Y admito que tal vez soy yo quien está "fuera de onda", es posible que sea yo la que está equivocada, quizás las reglas del amor cambiaron en este último año en el que he estado sin pareja, y ahora las grandes carencias de una relación se resuelvan así: en red y con una dosis de "público amor". 

¿Acaso hay un mágico efecto placebo en hacer público nuestro platónico bienestar sentimental?. ¿Si publicamos un aparente amor, quizás pudiéramos llegar a sentirlo y recibirlo como esperamos?.

¿Hasta cuándo algunas personas seguirán comiéndose un Tic Tac, esperando que tenga en sus vidas el efecto de un Tafil?.

Monik